ENERO 30 DEL 2023
Mi abuela
tiene ¿Alz… qué?
El alzhéimer
es una enfermedad de nuestro tiempo. Con la edad, la gente comienza a olvidarlo
todo.
Me llamo
María.
(1) Quiero
contarte una historia sobre mi abuela, que últimamente se ha vuelto un poco
rara. Cuando yo era pequeña la iba a visitar a su casa.
Olía a
muchas cosas ricas, como mermelada de fresas.
(2) Mi abuela
siempre me recibía con los brazos abiertos. Luego me enseñaba sus tesoros.
Tenía la cabeza llena de recuerdos y, cuando sacaba su álbum de fotos, no había
una sola pregunta que no me contestara. ― ¿De verdad esa niña eres tú, abuela?
¡Cualquiera pensaría que soy yo!―. Luego salíamos e íbamos a la panadería y a
la carnicería.
(3) De regreso
a casa siempre atravesábamos el parque. Les lanzábamos migajas a los patos del
estanque. Disfrutábamos mucho al verlos. La abuela pensaba que eran muy listos.
(4) En la
noche me hablaba sobre cómo era ella cuando tenía mi edad, cuando fue creciendo.
Luego llegaba mi momento favorito: nos mirábamos a los ojos y nos dábamos ―un gran
beso tronado―, como ella decía. ¡Ese beso era tan especial! ¡Me sentía tan
tranquila y protegida por ella! Me tomaba en sus brazos y me cantaba mi canción
favorita para que me durmiera.
(5) Pero un
día, cuando llegué a su casa, sentí que algo había cambiado. Me dijo: ― ¡Buenos
días, Susana!― Pero no me llamo Susana. Le dije: ―Abuela, te equivocaste, soy
María. Pensé que estaba bromeando. Pero no era así. Estaba confundida. Le
costaba trabajo recordar los nombres. Más tarde me dijo otra cosa extraña: ―Ven
papá, vamos a pescar―. Al principio pensé que era un juego. Pero luego vi que
de verdad tenía problemas. Esa noche puso sus zapatos en el refrigerador, luego
se perdió en la casa. A la mañana siguiente intentó comerse una servilleta. Yo
no podía creerlo.
(6) Entonces
entendí que la abuela no estaba jugando. Estaba enferma y debido a su
enfermedad, hacía cosas raras. El doctor dijo que sufría una enfermedad: alzheimer.
―¿Alz... qué?―, pregunté. Fuera lo que fuera ella necesitaba ayuda.
Ahora la
abuela ya no vive en su casa. Vive en una casa muy grande con muchas abuelas y
abuelos como ella. Las enfermeras la cuidan porque ya no se puede alimentar,
bañar ni salir a caminar. Me da tristeza que haya cambiado tanto. Pero todavía
voy a visitarla con frecuencia y, ¿sabes algo? Ahora soy yo la que le enseño mi
álbum de fotografías. Soy yo la que camina con ella por los corredores y le
cuenta historias. Es cierto que no es la misma que era antes, pero sigue siendo
mi abuela y la quiero mucho.
Creo que ya
no me entiende cuando le hablo. Pero hay una cosa de la que estoy segura.
Todavía entiende perfectamente nuestro ―beso tronado― Y sé que la hace sentirse
bien.
_____________________________________________________________
Verónique
Van den Abeele, Mi abuela tiene ¿Alz… qué?, Claude Dubois, ilus. México,
SEP-Destino, 2006.
No hay comentarios:
Publicar un comentario