Febrero 8 del 2023
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En esta experiencia conoceremos las herramientas del grupo “Párrafo” de la ficha Inicio de Word.
VIDEO TUTORIAL
Cuenta una historia que varios
animales decidieron abrir una escuela en el bosque. Se reunieron y
empezaron a elegir las disciplinas que serían impartidas durante el curso.
El pájaro insistió en que la escuela
tuviera un curso de vuelo. El pez, que la natación fuera también incluida
en el currículo. La ardilla creía que la enseñanza de subir en perpendicular en
los árboles era fundamental. El conejo quería, de todas formas, que la carrera
fuera también incluida en el programa de disciplinas de la escuela.
Ilustración 1. Imagen tomada de: http://www.guiainfantil.com/uploads/ocio/animales-ilustracion-p.jpg
Y así siguieron los demás animales,
sin saber que cometían un gran error. Todas las sugerencias fueron consideradas
y aprobadas. Era obligatorio que todos los animales practicasen todas las
disciplinas.
Al día siguiente, empezaron a poner
en práctica el programa de estudios. Al principio, el conejo salió
magníficamente en la carrera; nadie corría con tanta velocidad como él.
Sin embargo, las dificultades y los
problemas empezaron cuando el conejo se puso a aprender a volar. Lo pusieron en
una rama de un árbol, y le ordenaron que saltara y volara.
El conejo saltó desde arriba, y el
golpe fue tan grande que se rompió las dos piernas. No aprendió a volar y,
además, no pudo seguir corriendo como antes.
Al pájaro, que volaba y volaba como
nadie, le obligaron a excavar agujeros como a un topo, pero claro, no lo
consiguió.
Por el inmenso esfuerzo que tuvo que
hacer, acabó rompiendo su pico y sus alas, quedando muchos días sin poder
volar. Todo por intentar hacer lo mismo que un topo.
La misma situación fue vivida por un
pez, una ardilla y un perro que no pudieron volar, saliendo todos heridos. Al
final, la escuela tuvo que cerrar sus puertas.
¿Y saben por qué? Porque los animales
llegaron a la conclusión de que todos somos diferentes. Cada uno tiene sus
virtudes y también sus debilidades.
Un gato jamás ladrará como un perro,
o nadará como un pez. No podemos obligar a que los demás sean, piensen, y hagan
algunas cosas como nosotros. Lo que vamos conseguir con eso es que ellos sufran
por no conseguir hacer algo de igual manera que nosotros, y por no hacer lo que
realmente les gusta.
Debemos respetar las opiniones de los
demás, así como sus capacidades y limitaciones. Si alguien es distinto a
nosotros, no quiere decir que él sea mejor ni peor que nosotros. Es apenas
alguien diferente a quien debemos respetar.
FIN
Autor:
Pablo Zevallos - Brasil
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